Chingolo (Zonotrichia capensis). La ilustración es de Marcela Castillo Ibáñez.
El chingolo es un pequeño pájaro que habita en todo el territorio de América del Sur. Le decimos chingolo en Argentina, pero recibe otros nombres en diferentes países. Para evitar confusiones, Wikipedia tiene un artículo que lleva por título su nombre científico: Zonotrichia capensis.
A simple vista es muy fácil confundir al chingolo con el gorrión común, que no es originario ni de América ni de Europa, pero que hoy está presente en todas nuestras ciudades.
El gorrión prospera exclusivamente en los lugares habitados, no sólo porque es muy adaptable, sino también porque es más agresivo y oportunista que las especies con las que compite. Así consiguió desplazar a otros pájaros autóctonos… como el chingolo.
Puede entenderse que para muchas personas sea conveniente vivir en la ciudad, aunque haya allí más cemento y asfalto que espacios verdes. Pero parece mucho más raro que un animal, en este caso un pájaro, prefiera un lugar tan ruidoso, contaminado y hostil.
Otras ausentes: las mariposas
Ya casi no quedan mariposas en Buenos Aires. La explicación es muy simple. Las orugas de las mariposas nacen de un pequeñísimo huevo, adherido a la hoja de una planta. Pero no de una planta cualquiera. Cada especie de mariposa tiene una relación muy estrecha con unas pocas plantas silvestres (a veces con una sola especie), que le sirven de alimento a las pequeñas orugas. Pero esas plantas no suelen estar presentes en las ciudades porque normalmente no son muy llamativas.
En el jardín de la casa de mis padres, que viven en las afueras de la ciudad, nació espontáneamente una planta que atraía a las mariposas. Con los años aprendieron todo acerca del ciclo vital de la mariposa monarca. Y cada primavera preparan nuevas plantas y ven nacer decenas de estas mariposas. Este video lo grabé allí, con mi propio teléfono:
Mariposa monarca recién nacida
Pero lo cierto es que la ciudad ahora tiene muy pocas mariposas. Tal vez las criaturas más bellas y sensibles son las primeras en desaparecer cuando la locura de la ciudad se va extendiendo. En cambio otros insectos parecen estar muy a sus anchas, como las cucarachas o los mosquitos.
Nuestro «ecosistema» interior
Nuestros estados de ánimo son consecuencia de nuestros pensamientos más frecuentes. Los pensamientos positivos provocan emociones positivas, las que a su vez nos inspiran nuevos pensamientos positivos. Nuestra mente se aquieta, nos sentimos bien, nos relacionamos satisfactoriamente y somos más creativos y productivos. En cambio los pensamientos negativos nos hacen sentir mal, nos vuelven pesimistas, inseguros y desconfiados, y pueden llegar a paralizarnos o llevarnos a la depresión.
Son dos «ecosistemas» bien diferentes y cada uno afectará nuestra evolución de una manera muy distinta. Y así como las criaturas más bellas y sensibles necesitan para prosperar un entorno natural y favorable, nuestra verdadera esencia sólo puede desarrollarse y evolucionar en un ambiente interior adecuado. Como las especies sensibles y delicadas, nuestro auténtico Ser se repliega frente a los avances del ego. Porque requiere silencio, quietud, equilibrio, gracia… precisamente lo contrario de lo que prefiere el ego.
Nuestra mente es un terreno fértil. Lo que sembremos, cosecharemos. Sólo si la cuidamos conscientemente podremos convertirla en un verdadero jardín.
Axel Piskulic
Fui docente en una escuela secundaria en la zona rural de Zárate, en la provincia de Buenos Aires. Me daba tristeza que los niños de la zona no conocieran e identificaran al chingolo. Nuestro pajarito más representativo del campo. 😔
De ninguna manera confundiría un chingolo con un gorrión (pájaro invasor).
Que sorpresa encontrar mi ilustración por acá, felicidades por su trabajo, los invito a ver el mío en Instagram y facebook:
Ilus / Marcela Castillo – Ilustradora científica (Instagram)
Ilus / Marcela Castillo – Ilustradora científica (Facebook)
Gracias por tus enseñanzas y generosidad. También agradezco los comentarios y aportes de todas las personas. Saludos fraternos a todos.