La felicidad, aquí y ahora

Todos podemos alcanzar la felicidad plena, aquí y ahora. Aunque resulte muy difícil hacer de esta idea una experiencia real y permanente, maestros de distintas tradiciones la expresaron de diferentes maneras, en todas las épocas.

En cada momento de nuestras vidas, en cada circunstancia, casi sin excepciones, existen los suficientes elementos maravillosos como para colmarnos de dicha, de felicidad plena. Pero en lugar de asombrarnos y de disfrutar de lo que cada instante nos ofrece, damos por hecho esos pequeños milagros, los consideramos ordinarios, naturales y cotidianos, y, en cambio, destacamos y nos concentramos en eso de lo que el momento carece.

A continuación un relato muy breve. Se trata de la versión de Jorge Luis Borges de una de las narraciones más originales y sugestivas de Las mil y una noches. Me gusta interpretarla como una invitación a descubrir los tesoros que tenemos siempre a mano, como una parábola que propone que la búsqueda del bienestar o de la felicidad «afuera» de nosotros mismos puede conducirnos a la comprensión de que ese estado tan anhelado siempre estuvo a nuestro alcance en nuestro interior… precisamente aquí y ahora.

Las mil y una noches, ilustración de Edmund-Dulac
Ilustración de Edmund Dulac

Historia de los dos que soñaron

Cuentan hombres dignos de fe que hubo en El Cairo un hombre poseedor de riquezas, pero tan magnánimo y liberal que todas las perdió menos la casa de su padre, y que se vio forzado a trabajar para ganarse el pan.

Trabajó tanto que el sueño lo rindió una noche debajo de una higuera de su jardín y vio en el sueño un hombre empapado que se sacó de la boca una moneda de oro y le dijo: «Tu fortuna está en Persia, en Isfaján; vete a buscarla». A la madrugada siguiente se despertó y emprendió el largo viaje y afrontó los peligros del desierto, de las naves, de los piratas, de los idólatras, de los ríos, de las fieras y de los hombres.

Llegó al fin a Isfaján, pero en el recinto de esa ciudad lo sorprendió la noche y se tendió a dormir en el patio de una mezquita. Había, junto a la mezquita, una casa y por decreto de Alá Todopoderoso, una pandilla de ladrones atravesó la mezquita y se metió en la casa, y las personas que dormían se despertaron con el estruendo de los ladrones y pidieron socorro. Los vecinos también gritaron, hasta que el capitán de los serenos de aquel distrito acudió con sus hombres y los bandoleros huyeron por la azotea.

El capitán hizo registrar la mezquita y en ella dieron con el hombre de El Cairo y le menudearon tales azotes con varas de bambú que estuvo cerca de la muerte. A los dos días recobró el sentido en la cárcel. El capitán lo mandó buscar y le dijo: «¿Quién eres y cuál es tu patria?» El otro declaró: «Soy de la ciudad famosa de El Cairo y mi nombre es Mohamed El Magrebí». El Capitán le preguntó: «¿Qué te trajo a Persia?» El otro optó por la verdad y le dijo: «Un hombre me ordenó en un sueño que viniera a Isfaján, porque ahí estaba mi fortuna. Ya estoy en Isfaján y veo que esa fortuna que prometió deben ser los azotes que tan generosamente me diste».

Ante semejantes palabras, el capitán se rió hasta descubrir las muelas del juicio y acabó por decirle: «Hombre desatinado y crédulo, tres veces he soñado con una casa en la ciudad de El Cairo, en cuyo fondo hay un jardín, y en el jardín un reloj de sol y después del reloj de sol una higuera y luego de la higuera una fuente, y bajo la fuente un tesoro. No he dado el menor crédito a esa mentira. Tú, sin embargo, engendro de mula con un demonio, has ido errando de ciudad en ciudad, bajo la sola fe de tu sueño. Que no te vuelva a ver en Isfaján. Toma estas monedas y vete.»

El hombre las tomó y regresó a su patria. Debajo de la fuente de su jardín (que era la del sueño del capitán) desenterró el tesoro. Así Alá le dio bendición y lo recompensó.

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115 comentarios en “La felicidad, aquí y ahora

  1. Axel: Dios te bendiga y muchas gracias por tus aportes. Como siempre son de lo mejor y muy puntuales. He creído toda mi vida que la felicidad no es un estado ni si quiera una manera de vivir; sino más bien, como lo hace entrever la historia de Borges, es una manera de llegar al momento presente aquí y ahora porque todo lo que nos sucede, sucede por alguna razón.

  2. Muchas gracias por los artículos que me envía, me valen de mucho, y gracias a los que escriben también sus experiencias, también las comparto con gratitud y agradecimiento.

  3. La felicidad vive dentro de nosotros, no hay que buscarla hay que amarla.

    Amar a Dios por sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo.

    Si te amas puedes dar amor y por lo tanto ser feliz.

    Gracias, gracias y más gracias.

  4. Axel sabes, toda mi vida he estado en busca de mi felicidad y no la encontraba porque tenía baja autoestima y por lo tanto sólo veía la escasez que yo misma me creaba o me hicieron creer. Después de un duro golpe en mi vida, valoro todo lo que siempre me ha ofrecido Dios y la vida, durante todos mis días, y estoy muy contenta ahora, porque al fin descubro que la felicidad siempre se ha albergado en mi interior, en mi corazón, en mi mente y en todos los pequeños y grandes momentos que florecen día a día.

    T.Q.M. GRACIAS POR TU VALIOSO APOYO…

  5. Cuánto tiempo perdemos y lo que es peor nunca la encontramos, buscando la felicidad fuera de nosotros cuando ella es del ser que vivimos aquí y ahora. Busquémosla para encontrarla en nuestro interior en el tiempo presente en que vivimos que es el tiempo verdadero que tenemos.

    Gracias Axel por hacernos reflexionar a través de tus escritos y consejos.

  6. Es una gran sabiduría encontrar nuestra mayor riqueza en nuestro hogar. Agradezco todos sus artículos, me ayudan mucho a descubrir el mayor tesoro que tengo en mi vida.

    Un gran abrazo.

  7. Así es, Axel, en nosotros mismos está la felicidad, créeme que por fin me doy cuenta que todo depende de mí. De mi actitud y como tomo las cosas porque esa felicidad está dentro de mí, siempre ha estado y estará en mí.

  8. Así es amigo Axel, la felicidad siempre está en nuestro interior y es uno de los tesoros que debemos tanto cuidar como compartir con nuestras bendiciones que nos rodean, gracias por haberme regresado a mi infancia, época tannnnnn bellaaaaa, pues tenía ese libro de cuentos, abrazos y bendiciones!

  9. Siempre estamos un poco locos pensando que la felicidad está allá afuera cuando la tenemos al alcance de la mano. Mejor dicho, no está afuera, está adentro de nosotros, como Dios, como el bien y el mal, como la prosperidad. La clave tal vez está en mirar hacia dentro de nosotros…

  10. Me encantó la historia del señor afortunado, como dicen por ahí: lo que va a ser para uno, se lo guardan.

    Gracias por este blog, cada día lo espero.

    Gracias, gracias, gracias.

  11. Durante un largo período mis sueños me han revelado y pronosticado varias situaciones que tuve que resolver para ayudar a mi familia. Mas este que he leído es una fantasía de las Mil y una noches. Gracias.

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