Las siguientes tres imágenes pertenecen a una campaña cuyo mensaje es muy sencillo y muy cierto: «La escuela no puede enseñarle todo a los niños».
Se trata de tres situaciones muy extremas, que difícilmente los niños tengan que enfrentar alguna vez. Es natural que la escuela no se ocupe de prepararlos para resolver este tipo de problemas tan raros.



Las tres imágenes son de National Geographic Kids
La escuela no nos prepara para estas situaciones tan insólitas y eso, claro, es muy razonable.
Pero también es cierto que en la escuela sí recibimos una enorme cantidad de conocimientos que rara vez aplicamos luego en la vida real.
Por ejemplo, para muchas personas debe ser tan poco probable tener que enfrentarse alguna vez con un oso enfurecido… como tener que calcular un logaritmo.
No digo que recibir mucha información sea necesariamente malo. No me quejo de lo que la escuela estaría enseñando «de más». Pero creo que hay otras cosas que son muy importantes y lamentablemente la educación formal no se ocupa de ellas en absoluto.
Tal vez debería reformularse el sentido general de la educación para que los niños además de saber lo que es una raíz cuadrada, puedan aprender también a resolver aquellos problemas que les van a provocar los peores dolores de cabeza a lo largo de sus vidas.
Las siguientes fotos corresponden al segundo año de mi escuela primaria. Tenía entonces 7 años:


Me acuerdo muy bien de cada uno de mis compañeros, con algunos estoy en contacto ahora vía Facebook. Y también recuerdo con mucho cariño a esa maestra, se llamaba Haydeé.
Ese año empezó muy mal para mí. Estaba infinitamente triste, sobre todo en la escuela, y no conseguía salir de ese estado. Pasaban las semanas y no podía explicarme lo que me pasaba.
Un típico cuadro de depresión.
La maestra se dio cuenta de que algo raro me pasaba y se comunicó con mis padres. Ellos, lógicamente, me preguntaron cuál era el problema. Yo no lo sabía, sólo sentía una profunda tristeza. Pero inexplicablemente no les quería contar ningún detalle porque me sentía muy avergonzado.
Inventé que me dolía mucho la cabeza y terminé en el consultorio del médico de la familia. No me encontró nada y supuso que sólo estaba fingiendo. Por lo menos no me embarcó en una interminable serie de estudios médicos.
Finalmente, como pude, me repuse. Tuve otros períodos de depresión, pero mucho tiempo después, en la adolescencia.
Volviendo al tema de la escuela, en los planes de estudio no hay nada relacionado con aprender a manejar las propias emociones. Ni nos enseñan tampoco a resolver conflictos, a enfrentar el rechazo o la crítica, a elaborar una pérdida, etc.
¿Cómo mantener relaciones satisfactorias con los demás? ¿Cómo sostener una visión optimista a pesar de los problemas? ¿Cómo desarrollar un saludable nivel de autoestima? ¿Por qué no podría ocuparse la escuela de ayudar a los niños a aprender estas cuestiones tan importantes?

La ilustración es de Christian Schloe
Cómo enseñar estas habilidades a los niños
Una maestra inteligente y sensible conversará a veces acerca de estos asuntos con sus alumnos. A lo largo del año habrá muchas oportunidades para que toque estos temas. Pero tal vez no esté preparada para hacerlo bien, no es ésta su misión formal.
Se supone que esta responsabilidad es de los padres, que estos conocimientos deberían aprenderse dentro de la familia. Pero no parece que todos los padres puedan transmitir adecuadamente estas habilidades… precisamente porque en la mayoría de los casos ellos mismos no han terminado de aprenderlas.
Seguramente la educación ha cambiado mucho desde que me tomaron esas fotos. Pero no estoy seguro de que hoy la escuela acompañe la evolución emocional de los niños, con un mayor compromiso que en aquellos tiempos.
Tal vez ahora un alumno con problemas sea rápidamente detectado por el sistema, sobre todo si presenta problemas de conducta. Pero también es cierto que es probable que termine siendo medicado para corregir sus «síntomas».
Sin embargo, es perfectamente posible enseñarles a los niños las actitudes emocionales más saludables:
«Ama tus rizos», publicidad de Dove.
En el caso de la autoestima, por ejemplo, es fundamental que los padres sientan y expresen amor incondicional hacia sus hijos. Pero también es muy importante el ejemplo, es decir que los niños puedan ver que sus padres se valoran, se aprecian y se aman a sí mismos, independientemente de sus logros o de su aspecto físico.
La manera más eficaz de enseñar estas habilidades emocionales tan importantes es a través del ejemplo, que los niños puedan verlas en acción. Y es nuestra responsabilidad, entonces, aprenderlas primero.
Axel Piskulic
Querido Axel, buenísima la nota. Creo que enseñar con el ejemplo es todo un desafío cuando aún sigues trabajando duro con la propia autoestima. Anclarse en el momento presente quizás sea una de las llaves que nos dé el acceso a un buen actuar y a no perderse en el intento. Cariños.
Cuando examino mi vida y pienso en los errores que he cometido, francamente las dos veces ha sido por un tema de AUTOESTIMA, dejar que me violenten mis dos parejas, ha sido mi responsabilidad y eso por aceptar en buenas y a primeras a cualquier persona, ahora que ya estoy madurita, comencé todo un plan de reforzar mi autoestima, perdonar a mis padres y perdonarme yo.
Al menos mis padres han hecho lo que han podido, gracias a ellos transito esta vida. Yo he tratado de mejorar algunas cosas con mis hijos, seguro equivocado como ellos y les aseguro que algunas cosas las extraño. Por ejemplo, mis padres eran padres, no mis amigos, me cuidaban, me ponían limites y no nos tenían miedo, era un tiempo en que los hijos no mandaban a sus padres. Y la enseñanza era con el ejemplo más que co palabras.
Te hace sentir bien el leer estos artículos y ver estos videos. Gracias por estar ahí.
Hola,
Siempre es maravilloso recibir tus reportes, hacen que mi corazón y alma se regocijen.
Gracias y un abrazo gigante
Axel genial como siempre! Como cada artículo, siempre me da gusto ver que hay un mensaje tuyo en mi casilla de correos.
Bendiciones!!
Gracias, Axel yo también me pregunto por qué no nos enseñan los papás, escuela o los adultos con quien vive uno de pequeño, cómo amarse a uno mismo… Es tan importante en esta vida… Aunque soy adulta, a mí me falta mucho para saber amarme… tú has sido una persona que me ha ayudado a aprenderlo, a tan gran distancia, te doy las gracias.
Me hiciste pensar mucho Axel… gracias!
Les comparto que tengo un alto grado de baja autoestima y dicen que nadie da de lo que no tiene, pero con mi hija y mis alumnos me mantengo motivándolos e invitándolos a creer en ellos mismos, que reconozcan sus valores y potenciándolos desde el diario vivir, así me siento satisfecha de que ellos sean cada vez mejores…
Gracias, eres un buen guía y sigo en el camino del aprendizaje, aprendiendo a amarme, a conocerme y sobretodo aprendiendo de mis mejores maestros: mis amados hijos. <3 🙂
Wow… como siempre escribes lo mejor para revalorar todo lo que hoy vivimos y cambiar de ideas
Un nuevo día, una nueva oportunidad.
Si realmente hubiere tenido, una educación así, cuántos obstáculos habría sorteado. Hoy, a mi edad, recién estoy aprendiendo. Tengo 67 años, toda una vida llena de sufrimientos, es de sabios esta enseñanza, muy bueno!!
Leyendo recordé a mi sobrino que está pasando por la separación de sus papás y sus emociones son muy variantes, tiene 4 años. A veces lo noto hablando muy mimado, la mayoría del tiempo enojado que destruye plantas, cuadros y lo que encuentra a su alrededor, otras veces callado, su hermana tiene 3 años y ella sólo llora por todo.
Nada de esto me enseñaron en la escuela, qué hacer en estos casos, cómo apoyar y de qué manera enseñarles a salir adelante, ya que ahora preguntan por todo y cuál será la mejor respuesta acorde a sus emociones?
Sus abuelos están en otra ciudad y a la niña de 3 años le dije: Tu abuelo te mandó un abrazo. Ella respondió: Tía, y para qué un abrazo?
Tardé en reaccionar (en mi mente pasaron muchos pensamientos al respecto y qué debería contestar); como ella estaba acostada en su cama, sólo dije «para que estés más calientita».
Y al día de hoy pienso en realidad ¿Para qué mandamos abrazos? Y como éstas, hay muchas preguntas que hacen que no sé de qué manera responder. Estoy leyendo artículos para tener alguna orientación.
Mientras tanto, agradezco mucho este escrito.
Hermosa lección!
Gracias por compartirlo!
Muy buenas todas las reflexiones de la educación escolar. Buen vídeo.
Excelente tu aporte, Axel. Completamente de acuerdo: Se enseña con el ejemplo.
Bendiciones!
Totalmente de acuerdo, en las cuestiones emocionales muchos aún estamos experimentando costo beneficio.
No estoy tan de acuerdo en el termino AMOR INCONDICIONAL, personalmente lo reemplazaría por AMOR RESPONSABLE. Creo que lo segundo atiende más a poner límites necesarios mientras lo primero es tomado como HACER LO QUE SEA, para ver a nuestros hijos felices. Lo que a veces nos lleva a grandes decepciones EMOCIONALES y a replantearnos como en un espiral interminable QUÉ HICIMOS MAL! (no me doy cuenta, no lo aprendí, no me lo enseñaron en la escuela!!!)
Me hiciste llorar!!! Simplemente hermoso! Gracias! Lo compartiré pues en mi familia tenemos rizos y en verdad nos amamos como somos!
Mil gracias!
Axel, qué bonitas fotos has compartido y qué padre son los recuerdos de la niñez, en mi caso a esa edad me encantaba andar en bici y ese recuerdo me llena muy especialmente de alegría. Se me ha dicho que si yo estoy bien emitiré a mis hijos vibraciones de alegría y ellos estarán bien, aun sin vivir conmigo. Muchas gracias. Dios te bendiga abundantemente.
Tengo 40 años, una educación muy muy débil en autoestima y autovaloración… toda una vida luchando por aprenderlo sola, un historial de relaciones abusivas…
Soy psicóloga, terapeuta y llevo toda mi vida peleando con estas cosas… Tengo una hija a la que trato de educar de manera mucho más sana, sin embargo ha sido hace poco cuando he caído en los mensajes que les damos a través del ejemplo…
Jamás me peso delante de ella si no es para jugar con los números y aprender matemáticas y he aprendido a hacer un gran esfuerzo ante el espejo y decirle mientras me miro «me encanta mi cuerpo». Un pequeña parte de mi sigue mintiendo… pero nunca la cargaré con los mensajes que he arrastrado toda mi vida.