El siguiente video es realmente bueno. Ojalá puedas verlo en un lugar tranquilo y prestarle toda la atención que se merece. Y es un excelente punto de partida para hacer algunas reflexiones:
Cortometraje «Café para llevar», de Patricia Font
Me quedo con las palabras finales de la protagonista, que quería tener dalias en su fiesta de casamiento sin poder aceptar que era imposible en esa época del año. Y tampoco pudo aceptar los tiempos de su ex, con quien las cosas podrían haber sido distintas.
Cuando nuestros deseos se hacen tan fuertes que no podemos aceptar que no se cumplan, pasan a la categoría de apegos y estamos en problemas.
De estos asuntos trata este artículo, pero antes de desarrollar algunas ideas acerca de los apegos es necesario que cada uno se responda una sencilla pregunta: ¿soy completamente feliz?
En mi caso tengo bien claro que la respuesta es «no». Tengo salud, mis necesidades materiales están razonablemente satisfechas y tengo un conjunto de relaciones muy satisfactorias. Pero aunque en general me siento emocionalmente bien o incluso muy bien, sé que mi estado de ánimo habitual está lejos de la felicidad completa. He conocido ese estado de plenitud en el que me gustaría vivir de manera permanente, pero sólo lo he experimentado por períodos relativamente breves. Esas experiencias fueron muy valiosas para mí porque me permiten estar seguro de que hay algo más. No se trata de algo externo que me falte sino de un bienestar interior que trato de cultivar pacientemente.
Ese estado de plenitud no depende de la solución de ninguno de mis problemas. ¿Cómo lo sé? Porque las veces que tuve la suerte de experimentarlo mis circunstancias externas seguían siendo las mismas, los asuntos que tanto me preocupaban seguían estando allí, ninguno se había resuelto.
Describiría ese estado de plenitud como una serena alegría, completa y desbordante. Y sé que es posible alcanzarlo.
Pero, si ese estado de completa felicidad es posible, ¿por qué no es la condición habitual de cualquier persona normal de nuestra sociedad? ¿Por qué no podemos liberarnos definitivamente del sufrimiento?
La causa del sufrimiento, según Buda
Buda, en las Cuatro nobles verdades, aseguraba que la vida y el sufrimiento son inseparables.
Esto no significa que la vida sea sólo sufrimiento (¡claro que no!), sino que todas las etapas o circunstancias de la vida, aún las más felices, implican siempre una cuota de sufrimiento.
Por ejemplo el nacimiento, que por cierto es un proceso doloroso, lleva implícita también la muerte.
Esto parece inevitable y es relativamente fácil de aceptar porque más o menos concuerda con nuestras propias experiencias.
Pero luego hace una afirmación un poco más polémica. Dice que la causa de todo sufrimiento es el deseo.
Claro que los deseos insatisfechos pueden conducir a emociones negativas. Eso parece bastante razonable. Pero entonces, ¿para librarnos del sufrimiento deberíamos renunciar a todos nuestros deseos? Eso suena bastante mal. Una vida así, en la que no deseáramos nada en absoluto, ¿sería posible?, ¿valdría la pena? La verdad es que no parece una alternativa muy emocionante.
Pero en realidad hay algo más que decir acerca del deseo, que nos permitirá comprender mejor cuál es la verdadera causa que nos impide ser plenamente felices.
Por ejemplo, yo tuve el deseo de escribir este artículo y algunas personas tienen el deseo de leerlo. No hay nada malo con ese tipo de deseos. Se trata de cosas que queremos hacer pero que si por algún motivo no podemos concretarlas, no pasa nada, podemos aceptarlo.
El problema surge cuando sentimos que nuestra felicidad depende de que se cumplan ciertos deseos, cuando no podemos aceptar otras alternativas. Estos deseos tan intensos son otra cosa. Son apegos.
Los apegos
En vez de una definición «académica» de lo que en psicología se entiende por apego, prefiero esta otra:
Apego es cualquier deseo tan intenso que sentimos que no podremos ser felices si no se cumple.
Entonces hacemos todo lo posible para cumplir estos deseos tan intensos (los apegos), precisamente para alcanzar nuestra felicidad.
Pero la felicidad siempre está a nuestro alcance aquí y ahora. Y, paradójicamente, lo único que nos impide ser felices son los apegos.
Los apegos constituyen una verdadera trampa. Sentimos que son la condición necesaria para nuestra felicidad y tratamos todo el tiempo de alcanzarlos. Pero recorriendo ese camino nos extraviamos y olvidamos ser felices.
Los apegos se convierten en nuestros objetivos más importantes. Pero contaminan de temor nuestras vidas. Sentimos temor de no alcanzarlos. Y si transitoriamente los alcanzamos, entonces sentimos temor de perderlos.
No hay algo así como un «camino hacia la felicidad». La felicidad sólo puede experimentarse en el momento presente. Y siempre está disponible. Se trata simplemente de hacer una pausa, respirar profundamente un par de veces, sonreír apenas y agradecer por el milagro de estar vivos.
Pero nos extraviamos siempre persiguiendo nuestros apegos. Como si fueran más importantes que la felicidad misma.
Esta idea es tan importante que la repito aquí, en esta imagen:

El siguiente video (¡brevísimo!) es una escena de la película Matrix. Por si no la viste te cuento que aquí se consuma una traición. Alguien está entregando a sus únicos amigos, en realidad a la totalidad de los seres humanos que quedan en el planeta. Se supone entonces que pedirá a cambio algo de muchísimo valor. Pide ser rico y famoso:
No pide ser completamente feliz. Pide ser rico y famoso. En el futuro apocalíptico propuesto por esta película, los seres humanos están conectados a una supercomputadora (la Matrix), y viven dentro de una realidad virtual que es imposible de distinguir de la auténtica realidad. Entonces, esta persona puede elegir cualquier historia personal para experimentarla durante el resto de su vida. Bien podría haber pedido ser completamente feliz. Sin embargo pidió ser rico y famoso.
Es que normalmente aceptamos que la felicidad es la consecuencia de obtener lo que deseamos, en este caso fama y fortuna… aunque todos sabemos que se puede ser rico y famoso y al mismo tiempo vivir en depresión.
Anthony de Mello, en su libro «Medicina para el alma», propone el siguiente ejercicio:
La gente no quiere renunciar a esos deseos. «No quiero felicidad; quiero fama. No quiero felicidad; quiero esa medalla de oro en los Juegos Olímpicos.» Supón que te diga: «Mira, deja de lado la medalla de oro. ¡Serás feliz, maldición! ¿Para qué quieres esa medalla? ¿Para qué quieres ser el número uno, el jefe de la corporación? ¡Te haré feliz!».
Pero la respuesta será: «¡No, no, no, no! Dame mi dinero».
Anthony de Mello
Bien, esas cosas que anhelamos tanto no nos acercan a la felicidad, en realidad son el obstáculo que nos impide ser felices.
Son nuestros apegos.
¿Cómo salir de la trampa de los apegos?
Es muy tentador sugerir aquí que simplemente abandonemos los apegos y nos dediquemos a disfrutar de la vida tal como se nos presenta hoy, ahora. Pero eso sería tan poco realista como explicarle a un depresivo que debe salir ya mismo de su cama, darse una ducha y cambiar la interpretación negativa que tiene acerca de su vida. Simplemente no funcionaría.
Lo que sí podemos hacer es identificar nuestros apegos. Esto es muy fácil. Basta con preguntarnos qué debería cambiar en nuestras vidas para poder sentirnos completamente felices. Lo que sea que responda a esa sencilla pregunta es un apego. Aunque se trate de algo muy básico o importante, si creo que no soy feliz porque me falta, entonces es un apego.
Anthony de Mello
Luego, sólo nos queda observarnos a nosotros mismos con la mayor objetividad posible. Observarnos cada vez que nos sintamos frustrados o tristes e identificar la causa, que siempre será un apego. Cada vez que no nos sintamos bien podremos comprobar que hay un deseo intenso que no puede ser satisfecho, es decir, un apego.

El simple acto de observarnos con atención y llegar a comprender cómo funciona nuestra mente tiene un enorme poder curativo y hará que se produzcan los cambios positivos que tanto estamos necesitando, hará que aprendamos a desprendernos de los apegos… hará que finalmente aprendamos a soltar.
Axel Piskulic
Muy interesante, gracias.
Buen artículo, como siempre.
Solamente tengo un apego del que no quiero desprenderme: ser feliz.
Lo demás… Si me hacen más feliz, bienvenidas… si no, prescindibles totalmente.
Muchas gracias una vez más Axel.
Y también alguien dijo que no conseguir lo que uno quiere puede ser un golpe de suerte. Me ha pasado y no lo he aprendido. El leer tu artículo me hizo reflexionar sobre esos deseos que creía que eran mi felicidad y al final no era tan así. La vida nos enseña, solo hay que estar atento. Gracias!!!
Estoy encantada de haberme suscrito, haces unas reflexiones que me llegan al corazón.
Gracias
Estoy encantada de haberme suscrito, me gustan mucho tus reflexiones.
Muchas vendas se caen con este tipo de artículos, muy cierto y hermoso!!!
Muchas gracias por sus reflexiones.
Gracias, gracias, gracias.
Me parece excelente, es en realidad lo que nos sucede a todos en general. Creo que nos cuesta mucho desprendernos de los apegos.
Querido Amigo Axel, nuevamente contento de recibir tus enseñanzas, sinceramente me alegra recibir tus correos, gracias, Dios te bendiga.
HOLA Axel:
Puedo escribir muchas palabras porque es parte de un agradecimiento profundo y no alcanzaría para comentar todo lo que pienso de vos. Así que te puedo decir esto en 3 palabras ERES UN ÁNGEL, un elegido de Dios para tocar almas y sintamos esa cercanía con nuestro padre a través de ti. Existe una palabra en un dialecto de mi tierra Tlaxcamate (gracias).
Gracias Axel!!! Excelente e interesante forma de hacerme reflexionar sobre los apegos y la felicidad, mil gracias, un abrazo.
Qué fácil parece soltar, pero las cuerdas de nuestros aprendizajes son tan fuertes que parece imposible hacerlo. El artículo tiene tal fuerza que se convierte en una gran motivación para lograrlo.
Excelente contenido de vídeos relacionados con el tema. Muy interesante y muy clara explicación. Gracias y felicitaciones Axel!
Fui muy feliz, en mi niñez, hasta los 17 años en que comencé a trabajar siendo un esclavito más de esta matrix. Volvía a ser feliz al enamorarme, para abandonarla poco a poco, por los avatares del día a día al vivir en la pobreza… deseando, deseando, deseando y olvidando cómo conseguí anteriormente la felicidad.
Gracias por recordármelo, Axel.
Abrazos
Lindo artículo… uno lo sabe… pero necesitamos leerlo o escucharlo de alguien.
Axel, me moviste el piso con este artículo, me gustó. Siento que hoy aprendí algo sobre lo que siempre había oído hablar pero hasta hoy no había entendido de que se trataba, el apego. Al final dices que si llegaramos a entender cómo funciona nuestra mente pudiéramos hacer cambios positivos, hasta ahí estamos bien. Quizás los lectores se pregunten y cómo entender la mente? Yo les diría no entiendan la mente, solo ESCUCHEN su corazon y podremos experimentar esa felicidad anhelada. Los invito a estudiar Estrategias CRP me han funcionado! !!! Axel, Gracias por existir y ser parte de mi abundancia.
Muchas gracias, muy oportuno para mí en este momento!!!
Excelente comentario. Me llega en el momento justo. Muchas gracias. Buen día.
Excelente; llegando a cada uno, con un mensaje personal, Bendiciones para ti. Dios ilumina siempre tu alma.
Gracias, gracias, gracias.
Gracias gracias gracias! Maravilloso mensaje. Lo leí en el momento justo.
Abrazo