
Borja Vilaseca
El siguiente texto fue escrito por Borja Vilaseca.
Cuenta una leyenda que en un pasado remoto los seres humanos éramos dioses. Pero abusamos tanto de nuestros privilegios, que la vida decidió retirarnos este poder y esconderlo hasta que realmente hubiéramos madurado.
El comité de eruditos de la vida sugirió enterrar el poder de la divinidad bajo tierra, en el fondo de los océanos, en la luna… La vida desechó todas estas opciones: «Veo que ignoráis hasta qué punto los seres humanos son tozudos. Explorarán, excavarán o gastarán una fortuna en naves para intentar conquistar el espacio hasta dar con el escondite».
El comité de eruditos se quedó sin saber qué decir. «Según lo que afirmas, no hay lugar donde los seres humanos no vayan a mirar nunca». Tras escuchar estas palabras, la vida tuvo una revelación. «¡Ya lo tengo! ¡Esconderemos el poder de la divinidad en lo más profundo de su corazón, pues es el único lugar donde a muy pocos se les ocurrirá buscar!».
¿Qué hay de nosotros?
No hay amor suficiente capaz de llenar el vacío de una persona que no se ama a sí misma.
Irene Orce
Muchos de nosotros todavía no hemos encontrado ese poder que andamos buscando. Al vivir desconectados de nuestro corazón, intuimos que nos falta algo esencial para ser felices. De ahí que haya personas que no soporten estar consigo mismas, sin hacer nada, a solas con su vacío interior. Y dado que la sociedad nos condiciona para creer que el amor hacia nosotros mismos es un acto de egoísmo, vanidad y narcisismo, solemos esperar que los demás nos amen para dejar de sentirnos incompletos e insatisfechos.
Pero esta búsqueda está condenada al fracaso, pues es precisamente nuestra conexión interna lo único que falta en nuestra vida. Más allá del placer y la satisfacción temporal que nos proporcionan el éxito y la respetabilidad, así como el consumo y el entretenimiento, lo que en realidad necesitamos para ser felices ya se encuentra en nuestro corazón. Seamos honestos: ¿cuánto tiempo, dinero y energía dedicamos en conocernos, cuidarnos y mimarnos? ¿Cuándo fue la última vez que sentimos paz? ¿Qué hemos hecho recientemente para amarnos?
Como en cualquier otro ámbito de la vida, gozar de un saludable bienestar emocional es una cuestión de comprensión, compromiso y entrenamiento.
De la escasez a la abundancia
La vida te trata tal y como tú te tratas a ti mismo.
Louise L. Hay
Amarse a uno mismo no tiene nada que ver con sentimentalismos ni cursilerías. Se trata de un asunto bastante más serio. Al hablar de amor, nos referimos a los pensamientos, palabras, actitudes y comportamientos que nos profesamos a nosotros mismos. Así, amarnos es sinónimo de escucharnos, atendernos, aceptarnos, respetarnos, valorarnos y, en definitiva, ser amables con nosotros en cada momento y frente a cualquier situación.
El primer paso para amarnos consiste en conocernos, comprendiendo cómo funcionamos para diferenciar lo que deseamos de lo que verdaderamente necesitamos para ser felices. Y aunque en un primer momento lo parezca, este proceso de autoconocimiento no es un fin en sí mismo. Es el medio que nos permite adueñarnos de nuestra mente, superando a través de la aceptación y el amor nuestros miedos, complejos y frustraciones.
Emocionalmente hablando, solo podemos compartir con los demás aquello que primero hemos cultivado en nuestro corazón. Si no aprendemos a ser felices de forma autónoma e independiente, es imposible que podamos ser cómplices de la felicidad de las personas que nos rodean. No en vano, al vivir tiranizados por nuestras carencias, nos relacionamos desde la escasez, pendientes de que los demás nos den eso que no hemos sabido darnos. Por el contrario, al conectar con nuestra fuente interna de bienestar y dicha, entramos en la vida de los demás desde la abundancia, ofreciéndoles lo mejor de nosotros sin necesitar ni esperar nada a cambio.
Iluminar nuestra sombra
La luz es demasiado dolorosa para quienes viven en la oscuridad.
Eckhart Tolle
Por más buenos que creamos ser, todos funcionamos mediante creencias, motivaciones, aspiraciones, deseos, actitudes y conductas egocéntricas, muchas de las cuales no queremos ver ni reconocer. Por eso, cuando alguien señala nuestros defectos y debilidades solemos ponernos a la defensiva. Más allá de esta reacción infantil, la madurez emocional pasa por comprender y aceptar nuestro lado oscuro, al que los psicólogos denominan «sombra». Paradójicamente, así es como podemos trascenderlo, dejando de proyectar nuestros conflictos internos sobre los demás y sobre el mundo que nos rodea.
Amarse a uno mismo también consiste en sanar las heridas emocionales derivadas de nuestros conflictos internos. Dado que somos especialistas en huir del dolor, al llegar a la edad adulta solemos tapar y protegernos de dichas heridas tras una máscara del agrado de los demás. Y de tanto llevarla puesta, corremos el riesgo de olvidarnos quiénes éramos antes de ponérnosla. Así, para poder ir pelando las capas de la cebolla que nos separan de nuestra verdadera esencia, es muy recomendable adentrarnos en la meditación.
No en vano, el silencio y la soledad permiten que aflore nuestra verdad. Basta con que de vez en cuando dediquemos un rato a estar solos, sin ruidos ni distracciones, observando todas aquellas sensaciones que vayan brotando en nuestro interior, por muy molestas y desagradables que sean. Esta incomodidad –a la que solemos etiquetar como «aburrimiento»– pone de manifiesto que no estamos conectados con nuestro corazón. Y en vez de evitar a toda costa entrar en contacto con nuestro malestar, el aprendizaje consiste en armarnos de valentía para traspasar esta cortina de dolor a través de la aceptación. De hecho, solo cuando lo canalizamos de forma consciente y constructiva podemos liberarnos de su presencia.
Dejar de autoperturbarnos
Cuando te amas a ti mismo dejas de encontrar motivos para luchar, sufrir y entrar en conflicto con la vida.
Gerardo Schmedling
Cuando tomamos el compromiso de amarnos, lo que en verdad estamos asumiendo es la responsabilidad de crear en nuestro interior los resultados de bienestar que antes solíamos delegar en factores externos. Y esto pasa por cuidar nuestro cuerpo y nuestra alimentación. También por encontrar un sano equilibrio entre la actividad, el descanso y la relajación. E incluso por elegir con quién nos relacionamos y a qué nos dedicamos profesionalmente. El síntoma más evidente de que estamos cultivando el amor hacia nosotros mismos es un aumento notable de nuestra energía vital, lo que mejora nuestra salud física y emocional.
Además, al llevar un estilo de vida coherente y equilibrado podemos enfrentarnos al mayor reto de todos: recuperar el control sobre nuestra mente. Solo así podemos nutrir y reforzar nuestra autoestima. Y esto pasa por dejar de perturbarnos por no alcanzar el ideal de la persona que deberíamos ser, al tiempo que comenzamos a aceptarnos y amarnos por la persona que somos.
Al adueñarnos de nuestros pensamientos nos convertimos en los creadores de nuestra experiencia interior. Es decir, de nuestras emociones, sentimientos y estados de ánimo. Y al adueñarnos de nuestra experiencia interior nos convertimos en los amos de nuestro destino. Se sabe que nos amamos cuando ningún comentario, hecho o situación provoca que reaccionemos mecánica e instintivamente. Metafóricamente, a esta «libertad psicológica» también se la denomina «el poder de la divinidad».
La verdadera riqueza
Sólo poseemos aquello que no podemos perder en un naufragio.
Proverbio hindú
Cuenta una historia que un viajero había llegado a las afueras de una aldea y acampó bajo un árbol para pasar la noche. De pronto, llegó corriendo un joven que, entusiasmado, le gritó: «¡Dame la piedra preciosa!» El viajero lo miró desconcertado y le preguntó: «Lo siento, pero no sé de qué me hablas». Más calmado, el aldeano se sentó a su vera. «Ayer por la noche una voz me habló en sueños», le confesó. «Y me aseguró que si al anochecer venía a las afueras de la aldea, encontraría a un viajero que me daría una piedra preciosa que me haría rico para siempre».
El viajero rebuscó en su bolsa y extrajo una piedra del tamaño de un puño. «Probablemente se refería a ésta. Me pareció bonita y por eso me la quedé. Tómala, ahora es tuya», dijo, mientras se la entregaba al joven. ¡Era un diamante! El aldeano, eufórico, lo cogió y regresó a su casa dando saltos de alegría.
Mientras el viajero dormía plácidamente bajo el cielo estrellado, el joven no podía pegar ojo. El miedo a que le robaran su tesoro le había quitado el sueño y pasó toda la noche en vela. Al amanecer, fue de nuevo corriendo en busca de aquel viajero. Nada más verlo, le devolvió el diamante. Y muy seriamente, le suplicó: «Por favor, enséñame a conseguir la riqueza que te permite desprenderte de este diamante con tanta facilidad».
Y para terminar, un video que ayuda a disipar cualquier duda acerca de si somos merecedores de amor incondicional:
Gracias Axel… me gustó mucho!
I LOVE YOU.
Me ha encantado el artículo.
Verás, yo me siento muy bien últimamente conmigo misma y me doy cuenta que poco a poco he ido liberándome de esas cargas prejuiciosas y esos temores que en un pasado me comían. Cada vez me siento más libre y es difícil de transmitir eso a los demás. En este artículo lo has plasmado muy pero que muy bien, enhorabuena :).
¿Sabes? En mi caso, tenía tendencia a ser una persona insegura, con necesidad de ser amada y muchos miedos respecto al gustar a los demás. Un día me di cuenta que lo que estaba haciendo no era para mi, y cada vez me alejaba más de mi propio yo. Así que decidí deshacerme de aquéllo que me ataba a la superficialidad y a la dependencia de los demás y ser yo misma. Eso requirió dejar de usar según qué complementos, maquillajes y artimañas para parecer otra más.
Al final te das cuenta que lo único que importa es preocuparte de tus necesidades, de ti mismo, y cuando encuentras tu yo y lo amas ya no pones esfuerzo en dar amor a los demás, todo fluye sin ningún esfuerzo… :).
Un abrazo.
Bueno pues ya pedí Perdón por querer copiar tu mariposa… ahora déjame decirte que ME ENCANTÓ EL VIDEO… Qué hermoso es cuando podemos decir Te Amo… sin Genero… sin Miedo… y sin temor… porque no me importa qué piensen… simplemente te amo… y es maravilloso poder decir te amo… a quien cruce en tu camino… porque todos somos uno… porque son parte de mí… así como yo parte de ellos… En verdad… somos hermanos… y estoy aprendiendo a amarme como El Altísimo me ama… por lo tanto… amo a todo lo que me rodea… de ese amor… sin interés… sin egoísmo… como si fuese yo misma… Mil Gracias Axel… Yo te Amo… y a todo aquel que me lea… I love you…
Hola Axel… estoy triste… hice desaparecer la mariposita que estaba volando en la página… primero la observé y vi que se paseaba y volaba… entonces la quise copiar… y le di clic… y ohhhh sorpresa!!! cambió de color… me emocione… reí la mire… me entusiasme… y le di nuevamente clic… pensando que cambiaría de color otra vez pero… se convirtió en muchas manchitas de color… desapareció… y ya no volvió… lo siento mucho… Perdón… un Enorme beso para ti… y Mil gracias por esa hermosa maraposita… ahora ya se que sólo cambia de color una sola vez… ME ENCANTA TU PÁGINA… ME SIENTO NIÑA… TE AMOOO… ERES GENIAL… Perdón nuevamente por querer copiar tu mariposita… con amor… yo.
Hola Axel, perdona que no he terminado de leer el artículo y aún así te dejo un comentario (que descarada jajaja :P)…
…desperdiciamos tanta energía en tirarnos para abajo, y es TAN tonto hacerlo. Yo simplemente empecé a cambiar de verdad (y de a poco) cuando entendí que nosotros éramos la única luz en este mundo. Por eso no tiene sentido tirarnos abajo ¡cuando hay todo un mundo que puede hacerlo por nosotros!
Entonces, apoyarnos en nosotros mismos cuando eso ocurre, nos da fuerza y confianza. NADA EN ESTE MUNDO NOS LO DARÁ. Está sólo dentro nuestro.
Y cuando empiezas a vivir sin tanta preocupación en cosas que no lo merecen, y te ocupas de tus asuntos, no hay lugar para el desamor… lo demás son cosas que seguiremos aprendiendo en el camino.
Eso pues, solamente quería decir.
Besotes.-
Un gran artículo el de Borja Vilaseca, con mensajes tan importantes, tan serios, tan fuertes como difíciles para llevarlos a cabo, para mí, claro.
I LOVE YOU, TOO.
Axel
Excelente artículo y video.
Gracias por hacernos reflexionar sobre nuestras vidas.
Cada vez que leo sus artículos me siento muy bien porque me siento fielmente interpretada. Con este mensaje «I love you» me he sentido plena y feliz y dispuesta expresar mis sentimientos a todos aquellos que me rodean en el día a día (entre ellos a mis estudiantes). Gracias Axel por todo lo que nos aportas a nuestras vidas.
Gracias, I Love You Axel.
Mil gracias por este artículo que me conecta con la divinidad que hay en mí, Dios permita que se xtienda la cadena de amor que hay en estas enseñanzas. El video súper, me hizo reír, animarme, recordar tantas escenas de amor con mis seres queridos, los quiero, los quiero, los quier, love, love, love. Saludos a los que me lean.
Espero estés bien !!!!
Muchas gracias por el articulo es excelente.
I Love You. Gracias, por todo lo que nos compartes y que nos sirve de mucho en nuestras vidas y Gracias nuevamente…
Q hermoso video, me emocionó, la sonrisa me salía espontáneamente… Gracias… Besos
Muchas gracias por continuar enriqueciendo esta página que tanta serenidad me ha traído.
Un abrazo
Es muy difícil aprender a quererse cuando una excesiva autocrítica nos hace ser nuestro mayor enemigo, pero no hay que rendirse nunca porque la recompensa cuando uno aprende a amarse no puede describirse.
Gracias Axel una vez mas…
Qué hermoso el video, habla por si solo, y gracias por todo lo que has puesto para nosotros en la página. Saludos.
Muchas gracias por esta reflexión que es un gran aprendizaje. Los quiero, Rosario
Excelentes mensajes y videos… Gracias por enseñarnos a amarnos a nosotros mismo. Un abrazo!
Muchas gracias por el artículo!
Un abrazo
Gracias por estas enseñanzas…
Muchísimas gracias.
Estoy en eso aprendiendo a amarme cada día más, no es fácil cuando uno no sabe recibir, pero los tengo a uds.
Yo también los amo… y nuevamente mil gracias.