La realidad que vemos habitualmente sólo es un fiel reflejo de nuestros pensamientos, emociones y creencias. A este proceso se lo conoce como proyección.
Pero la educación que recibimos y prácticamente toda la información que nos llega cada día parecen negar el mecanismo de la proyección, proponiéndonos que la realidad «externa» no está conectada con nuestro interior, sino que es un escenario rígido, sobre el que tenemos muy poco control y al que tenemos que tratar de ajustarnos.
Nuestra situación se parece un poco a la de la Humanidad descripta en la película Matrix: personas atrapadas por una ilusión tan perfecta que no nos resulta posible «despertar» y ver el mundo tal como es.
Tal vez el mayor desafío en esta vida sea el de descubrir la manera de desprendernos de este modelo que hemos heredado (que recibimos antes de tener la capacidad de analizarlo y rechazarlo), y de empezar a crearnos, conscientemente, intencionalmente, un mundo mejor.
Por suerte hay a nuestra disposición todo tipo de ayuda…

La ilustración es de Santiago Mansilla
Por ejemplo, la chica de esta ilustración nos muestra claramente cómo las hermosas estrellas con las que se va encontrando en su camino fueron saliendo previamente… de su propia cabeza!!!
Axel Piskulic
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